
A la distancia tu rostro me recuerda mi tristeza pasada. Momentos aquellos en que uno quisiera no mirar, no sentir, no respirar. Pero suceden y no tienen cronómetro que mida su tiempo.
Quisiera correr a tus brazos por el sólo hecho de que éso me produce tu ser. Quisiera llegar a ti, aliviarte, regalarte mi mejor sonrisa, pero una barrera intimidatoria aprisiona fuertemente separando nuestros destinos.
Me atrevo a mirarte casi sin darme cuenta que quiero sentirte, me lanzo a pensarte sólo para conservarte en mi nostálgico recuerdo y pretendo a lo lejos, en mi mente, brindarte paz, armonía o aquello que andas buscando.
Puede que tus ojos se nublan y yo no alcance a mirarlos, puede que tu grito se haga eco en las paredes de tu desolada habitación, allí donde estás intentando apaciguar la turbulencia de tu ser. Puede que te quiera junto a mí y sentirme junto a ti en esos momentos. Pueden suceder tantas cosas, en tantos espacios y al mismo tiempo, y no alcanzar a entender lo que estoy queriendo, lo que estás sintiendo…y lo que el destino nos esté diciendo.
2 comentarios:
mirá vos este lado poético.
Muy bien!! José
Es cierto... es prosa poética muy buena! Climax intenso hay en estas líneas. Avanti!
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