Cuando mi voz no encuentra cabida y mis palabras no tienen sonido, vuelco lo que mi garganta aprisiona, plasmando todo eso en lineas cargadas de pistas, ideas e historias muchas veces indescifrables. La razón, decir, pero no decirlo todo....sino jugar al misterio sin fin.
viernes, 3 de julio de 2020
Sos indescifrable... al menos para mí.
Tu pocas palabras, tus gestos inciertos, tu serenidad mezclada con un desenfreno me tienen en constante desconcierto.
¿Que sé? nada de nada, ¿que pienso? todo de todo. Aún no he aprendido que el pensar se merece un descanso. Mi mente no conoce de domingo, ni franco; menos de feriados. No se toma vacaciones...
¿Qué veo? de todo un poco. Uno, dos, tres... no son solo números, son momentos, son lugares, son horas... Un aquí y un allá, un ir y venir, una esperanza, un sueño, una ilusión, pero serán ¿una realidad?
¿Qué siento? sensaciones encontradas. Paso del sensible escalofrío que me provocas cuando rozas mi piel a estar mustia por no saber... me llena el calor que irradia las miradas y los cuerpos, me consume el hielo que hay de por medio.
¿Qué espero? mucho, poco o nada... lo que deba ser. Ya es tiempo de dejarme llevar... de dar lugar a la vida que me sorprenda...
¿Qué siento? que es tiempo de querer sin desear y de tener paciencia para que se concrete.
Por arte de magia
Cómo, cuándo ni dónde... no lo puedo explicar. Poco a poco fuiste transformándome, dándome ese cielo, tu cielo, para volar. Y mis alas se abrieron de par en par, y así, sin pensarlo, colmaste mi mundo.
Un instante tras muchos y miles de ellos. El menos pensado pero el más esperado se hizo presente en la distancia tan corta entre tu mirada y la mía, en la respiración tan sensible de tu ser con el mío. Y así fundidos en un beso, cambiamos nosotros y cambiamos al mundo.
Sueño real
Cierro los ojos y aparecen las ilusiones, aquellas que cada noche, en la oscuridad, renacen.
Tu figura reaparece y llama mi atención. La única luz que alumbra nuestros cuerpos es la que nace de tu mirada.
Tus pupilas reflejan la llama viva de este encuentro inesperado, de este sueño hecho realidad.
No quiero despertar de esta historia que me atrapa, me enciende y me transporta a dimensiones jamás visitadas.
Estás, te veo, te siento, no puede ser irreal. Tu piel, tus besos, tus caricias, el aroma que emana tu cuerpo lleno de magia para mí, perfuma mi vida de misterio.
Deseo que este sueño sea un letargo de emociones vivas, que la intensidad viva de nuestros destellos de quien sabe qué sentimiento no termine jamás. Pero la realidad se avecina y lo sé... poco a poco, mis ojos se asoman a lo temido, a despertar y no encontrarte, a parpadear y solamente extrañarte. Las lágrimas se deslizan por mi rostro... una mezcla de felicidad y tristeza hace estragos en mi vida, en este amanecer que surgió después de la noche mágica de haberte sentido...
Angustias
Un ovillo de angustias atraviesa la garganta. Las palabras se chocan sin desparpajo alguno, no saben medir el impulso de su bronca.
El grito contenido hizo tantos nudos hasta formar panal, en el que anida el más peligroso de los enjambres. A punto de quebrarse, la voz se ha vestido de negro conociendo su destino. De solo salir puede encontrar un fatídico final del que no hay vuelta atrás. Revolotea entre las paredes de la desazón, buscando calmarse. El alivio parece no estar en ningún lado. Sigue atrapada en la oscuridad, buscando el haz de luz que le permita resplandecer.
Desahuciada
Nuevas entradasLa vida te enseña a golpes una certeza innegable: aprender a no esperar nada porque la decepción tarde o temprano llega.
Y es en la espera infinita donde el vaso se vacía tanto, quedando en un olvido eterno hasta de uno mismo. Y cuando nada ni nadie nos recuerde, ni siquiera nuestra propia mente revolucionada, la existencia misma puede entenderse como el principio del fin ¿O del comienzo? La clave la tiene la voluntad. Ella domina el juego, con las cartas precisas en la mano. De ella depende el éxito de la partida . A fin de cuentas, no le queda más remedio que jugar a todo o nada.
lunes, 13 de abril de 2020
Te digo adiós
Y sin embargo murió.
Aquello que parecía indescriptiblemente eterno llegó a su fín.
Ha pasado una década y aun parece ayer. Tengo tu rostro grabado a fuego en mi retina.
en mis sueños te apareces una y otra vez. Parecieras no querer irte del todo... Sin embargo, llevo años padeciendo tu partida.
Las lágrimas de aquel día resurgen cuando tu imagen se implanta como roca en mi mente y atraviesa todas las fibras de mi ser.
Te has ido y, a pesar de todo, aún estás... difuminado, casi borroso, pero estás.
Y aunque este loco corazón prometió olvidarte y arrancarte de cuajo, tu figura no hace más que aparecerse como el fantasma de una verdad que a medias no quiere olvidarse, que a la fuerza no quiere irse para siempre.
Y así avecinas cada vez que mi mente retrocede en el tiempo, en aquel en el que avistaba mi sonrisa enamorada cuando tus ojos me contemplaban de sol a sol.
Extraño... sí que lo hago... pero ya es tiempo, desde hace mucho, de decir adiós.
Mustia
Mustia para no apabullarte.
Mustia porque atemoriza mi palabra.
Mustia ante la posibilidad de herirte sin medida.
Mustia como me piensas,
mustia como me quieres,
mustia como me sueñas.
Tan mustia que atormenta el silencio.
Tan mustia que no se sienten ni las cosquillas.
Así, con la única sensación de un grito encarcelado que paraliza y deja mustia toda ilusión,
ya los sueños quedaron en un pasado, alterados por la falacia de un sentimiento desgastado.
Tan mustia que ni la esencia puede reavivar lo que poco a poco echaste al olvido.
Sin más... abrumadamente mustia hasta la eternidad.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)