Ha llegado el momento, el más esperado. Nadie pudo imaginarlo, aunque todos lo sospechaban. Estaremos allí donde la eternidad se vuelva nuestro tesoro, donde la vida se plasme en el más bello mirar.
Sé que estás pensando igual que yo. Todos nos mirarán y murmurarán, pero no sabrán más que sus pesamientos. La dicha será sólo nuestra, porque en un mudo lenguaje supimos conseguirla.
Será ese y no otro el momento. Sabemos que es así. Estaremos como enmudecidos ante el bullicio de nuestro alrededor, pero nuestros corazones no callarán. No tan lejos, allí muy cerca uno del otro, rebosarán de alegría por compartir ese instante.
Es que el momento ha llegado, y aunque la espera supo de mucha impacienca, ya nada ni nadie puede negarlo. Hacemos nuestro el tiempo, nos adeñuamos de él a través del más sublime sentimiento con el sólo deseo de convertirlo en la eternindad de nuestras pasiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario