
Desde que te vi ya nada es igual. Ni el aire, ni el cielo, ni los aromas de los campos... todo ha cambiado; mi vida cambió.
Estás junto a mí, y ya eres parte y esencia de mi ser. Tu voz se cuela por mis oídos como una dulce melodía, y tu figura se plasma en mi retina quedando nítidamente para siempre.
Cuesta creer cómo te encontré sin buscarte. Y fue el más bello regalo para mi existencia. Tu primera mirada me encandiló de amor, y hoy ya no quiero más que tu figura en mis ojos.
Llegaste y te apoderaste de mis sentimientos más profundos, dando a mi vida la belleza que evoca de un amanecer, llenando mi alma de amor supremo.
No te imagino lejos de mí ya nunca más. Todo de mí te necesita, te espera a diario, en cada rincón. Tengo el corázon listo, con todos los latidos que te pertenecen, que existen sólo por vos... y que resuenan en tu alma cada vez que nuestras miradas se funden. Hoy somos dos, dos en uno, embebidos de amor eterno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario