Cuando mi voz no encuentra cabida y mis palabras no tienen sonido, vuelco lo que mi garganta aprisiona, plasmando todo eso en lineas cargadas de pistas, ideas e historias muchas veces indescifrables. La razón, decir, pero no decirlo todo....sino jugar al misterio sin fin.
lunes, 13 de abril de 2020
Te digo adiós
Y sin embargo murió.
Aquello que parecía indescriptiblemente eterno llegó a su fín.
Ha pasado una década y aun parece ayer. Tengo tu rostro grabado a fuego en mi retina.
en mis sueños te apareces una y otra vez. Parecieras no querer irte del todo... Sin embargo, llevo años padeciendo tu partida.
Las lágrimas de aquel día resurgen cuando tu imagen se implanta como roca en mi mente y atraviesa todas las fibras de mi ser.
Te has ido y, a pesar de todo, aún estás... difuminado, casi borroso, pero estás.
Y aunque este loco corazón prometió olvidarte y arrancarte de cuajo, tu figura no hace más que aparecerse como el fantasma de una verdad que a medias no quiere olvidarse, que a la fuerza no quiere irse para siempre.
Y así avecinas cada vez que mi mente retrocede en el tiempo, en aquel en el que avistaba mi sonrisa enamorada cuando tus ojos me contemplaban de sol a sol.
Extraño... sí que lo hago... pero ya es tiempo, desde hace mucho, de decir adiós.
Mustia
Mustia para no apabullarte.
Mustia porque atemoriza mi palabra.
Mustia ante la posibilidad de herirte sin medida.
Mustia como me piensas,
mustia como me quieres,
mustia como me sueñas.
Tan mustia que atormenta el silencio.
Tan mustia que no se sienten ni las cosquillas.
Así, con la única sensación de un grito encarcelado que paraliza y deja mustia toda ilusión,
ya los sueños quedaron en un pasado, alterados por la falacia de un sentimiento desgastado.
Tan mustia que ni la esencia puede reavivar lo que poco a poco echaste al olvido.
Sin más... abrumadamente mustia hasta la eternidad.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)