jueves, 31 de octubre de 2019

Floreciendo

Me quedé con tu flor blanca en la mano, pensando cómo por ese pequeño detalle mis pensamientos se dispersaron por miles de mundos. La guardé sabiendo que se marchitaría, que su perfume se expandiría entre las telas de mi cartera, que su aroma dejará tu recuerdo escondido en la oscuridad y que, mientras poco a poco su vida se apaga, intencio-nada dormirá en un sinfín de incógnitas. Me quedé con ella, aún si que te dieras cuenta, aún sin que supieras que en esa diminuta naturaleza me entregaste tu mundo. Consciente o no, elegiste regalármela, sin protocolos, sin preámbulos, sin más... simplemente dejaste que mis manos se adueñaran de ella; como si en su esencia un poco de tí quedara para mí. Una flor blanca, un jazmín, uno entre todos los jazmines de la historia cayó sobre mí y le dio sentido a un sentimiento dormido. Calmo, tranquilo y regocijado, mi corazón cambió su latir hacia vos; mis ojos tienen una chispa distinta. El recuerdo de ese sublime, aunque efímero, momento perdurará por siempre. Tu flor vive, descansa y duerme eternamente en la emoción jamás imaginada de haberme elegido.

viernes, 19 de julio de 2019

Tempestad

Arco iris negro que envuelve la tristeza y la delimita. Allí estás, apareces semioculto, pero apareces. Ni la más bella nube puede hacer que te desvanezcas por completo; siempre te cuelas por una rendija, disparando sin medirte. Vienes tras la tormenta y te instalas por el tiempo que la sonrisa está bajo los efectos del somnífero más poderoso: la desidia. Arco de emociones perdidas, resultado de lágrimas secas, ¿cómo hacer para que te pintes de colores? ¿cómo darle brillo a tus tinieblas? ¿cómo hacer que pare de llover?. Tu inestabilidad no hace más que jugar con mis sentimientos abrumados. Vienes y vas sorteando la existencia, cual ruleta rusa, en busca del disparo aniquilador. Como arte del destino, por suerte o azar, se despierta un indescifrable rayito de luz que me da tregua para seguir resistiendo a los avatares de esta vida que en ocasiones va perdiendo su color.

Inesperado

Desafías mis latidos hipnotizas mi atención, te cuelas por mis sentidos, enciendes mi pasión. Allí donde sea que estoy estás conmigo, inundas mi alma, encegueces al sol. Tu mirada atrapante se adueñó de la mía, perturbó mi divinidad; me deslumbró. ¿Qué hizo que vinieras hasta aquí? ¿Y qué te quedaras? Un mudo silencio, un sonido encantador. Te extrañaré si te vas. La nostalgia de haberte tenido vivirá, porque si ya viniste, en mí no te irás jamás. Tu historia, nuestra historia, permanecerá entre mis dedos. tu vida y la mía, a la distancia, se unirán bajo la desconocida magia de habernos encontrado, de descubrirnos así, casi sin querer.

Idilio mental mágico

Idilio mental mágico es imaginarte en la humedad de los besos que se libran en tu espera, es pensarte con el deseo a flor de piel por tu imagen descubierta, sentir que estás a la distancia experimentando lo mismo; soñar y creer que en mi intimidad buscas tus anhelos eternos. Idilio mágico mental es transitar días y noches con el pensamiento pleno de tu ser efímero para mi cuerpo, es recorrer por mi piel las sensaciones sublimes que provoca tu imagen en mi rutina; saber que estás enloqueciendo con mis desenfrenos. Idilio mental mágico, la historia de nuestras vidas en un mundo paralelo, donde los cuerpos no se resisten a las ardientes pasiones que provocan nuestros más oscuros y lujuriosos sueños imperfectos.