Cuando mi voz no encuentra cabida y mis palabras no tienen sonido, vuelco lo que mi garganta aprisiona, plasmando todo eso en lineas cargadas de pistas, ideas e historias muchas veces indescifrables. La razón, decir, pero no decirlo todo....sino jugar al misterio sin fin.
martes, 11 de diciembre de 2012
Tiempo al tiempo y con el tiempo
Hay un tiempo de por medio. Siempre lo hay. El tiempo del amor, de la entrega, de la espera. Se controle o no, éste camina sin pedir permiso; y a veces corre. Y así, en cuanto menos te lo esperas ya se esfumó... y llevó consigo lo bueno o malo vivido, dejando un recuerdo en nuestra memoria.
Hoy ese tiempo dado ya es historia. Un nuevo rumbo comienza sin más... se atreve y no a la vez; quizá necesite un empujón. Una, dos y hasta tres podré hacértelo saber, demostrártelo, regalártelo, pero el tiempo es oro. No espera toda la vida. Con el tiempo en mis manos yo te espero, si no regresas diré adiós al silencio y la ausencia... y sólo el tiempo sabrá qué hacer conmigo. Pero si vuelves, el tiempo será de los dos hasta que él mismo se adueñe de nuestros latidos, y seamos uno solo hasta el fin de los tiempos.
martes, 20 de noviembre de 2012
Blanca ilusión
Puedo sentir estremecer mi cuerpo. Estás en el aire y en los latidos de mi corazón. El mismo que yacía dormido por la perfidia de un amor.
Aun sin verte, mi mente te recuerda y se escapa un deseo como arrebato sin sentido. No estás, te has ido. Qué más da, no eras mío.
Nuevos rumbos surcarán estos locos corazones que una vez se encontraron. El tiempo, la distancia y los sueños han sabido ponerlos en lugares tan disimiles, que ya me acostumbré a este olvido.
Cegado, torpe pero sincero fue este sentimiento crecido. Tan crecido pero tan inesperado a la vez que no resistió a tu interés perdido. Aún navega sin razón por una mente abrumada de escenas de pasión no olvidadas. Ya no serán más que recuerdos de efusivo sentimiento no correspondido.
No hagas nada, ya no me importa. Tuviste el tiempo y lo has perdido. Ya nada sirve mi desconcierto, ya no tiene peso esta emoción. El viento de tu desprecio ha esfumado todo, así, de repente y de una buena vez. Mejor nos rendimos.
miércoles, 24 de octubre de 2012
Dueños del silencio
Sos parte de mi vida para siempre. Y yo de la tuya. Sus labios lo pronunciaron y mis ojos brillaron iluminando su cara seria. Toda duda se despejó repentinamente. La sensación de volar se apoderó de mi alma, pero el corazón no quiso que este momento quedara en el aire. Con los pies sobre la tierra se miraban tiernamente. Todo fue otra vez por un instante. Todo aquello que había quedado a medio camino, relució. Y aunque no sea eterno, su susurro calmó mi grito.
Estabas allí, justo en el lugar que te necesitaba. Frente a mi, con tus ojos vivos. Tu corazón y tu mente desataban la lucha más temida. Tus dudas tambalearon, poniendo en jaque tus deseos dormidos y vivarachos a la vez. Te desconcertaste y me desconcertaste. Nada es como antes, lo sabemos, nos lo decimos; lo sentimos. Pero está ahí, no deja de ser; está latente porque no quiere irse. Desprendernos de esto que nos une, nos acerca más que nos atemoriza. Y aunque la duda reine, el galope de nuestras verdades nos nos deja escapar. Ni queremos. Hay algo más fuerte que aún nos tiene prendidos. Solo resta esperar a descubrir esa magia que habita entre nosotros cuando nuestros cuerpos y almas se atreven a desnudarse. Si te animas yo me animo. Una decisión compartida, en la que el tiempo lo dirá todo.
jueves, 13 de septiembre de 2012
Ni cuando
Ni cuando las aves dejen de volar,
ni cuando el nido no exista más,
ni cuando todo esto pase, te dejaré de pensar.
Ni cuando las flores ya no te perfumen,
ni cuando mis labios ya no te endulcen,
ni cuando no te vea, te dejaré de pensar.
Ni cuando las noches se acaben,
ni cuando la brisa te hable,
ni cuando me mires, te dejaré de pensar.
Ni cuando me contagie tu risa,
ni cuando me llenes el alma,
ni cuando tú seas, te dejaré de pensar.
Ni cuando el cielo amanezca,
ni cuando el viento te suspire,
ni cuando tú lo sientas, te dejaré de pensar.
Ni cuando las heridas de mi corazón ardan,
ni cuando el amor se reconcilie,
ni cuando te llame, te dejaré de pensar.
Ni cuando tus caricias sientan mi piel,
ni cuando te sienta partir,
ni cuando te alejes, te dejaré de pensar.
Ni cuando te sienta tan lejos,
ni cuando alguien murmure tu regreso,
Ni cuando te vea en mí, te dejaré de pensar.
ni cuando te vayas para no volver,
ni cuando en el cielo estemos,
ni cuando llegue ese sueño eterno, te dejaré de pensar.
miércoles, 12 de septiembre de 2012
Tú me sos lejano
Corre el agua salada por mi rostro, una emoción, una amargura, una desilusión se apodera de mí. Escucho tus palabras y el cielo se desvanece sobre mi cuerpo terminando con mis fuerzas, con mis ganas.
Te me ves tan distinto, tan confundido, tan cansado. Siento ser parte de tu decisión, de tu pero, de tu desgano y se me parte el alma en mil pedazos. La felicidad me parece tan lejana cuando la angustia se avecina tan repentinamente. Me ataca, me hunde, me sumerge en un estado necio, confuso, atormentador.
Te siento más fuera que dentro de mí, me apartas, lo siento por todos los poros; el aire sabe a tu abandono, a tu lejanía. El tiempo va siendo cruel y no quiere dejar de serlo, el tiempo va pasando soportando los silencios, la soledad, la incomprensión; aquella que se da el lujo de ser la estrella de la noche.
A la distancia te creo distinto, no sos el mismo, ¿en qué te has convertido?. Quieres volver a tu cuerpo, quieres volver a tu esencia y lo estoy sabiendo segundo a segundo; pero me niego y me confundo. Quiero acercarte a mi cuerpo, a mi ser, pero siento que no quieres hacerlo. Te me quieres ir, te me quieres distante; y se me estremece el cuerpo de sólo pensar que todo puede desaparecer en cualquier momento. No quiero pensar, me niego, me ciego, me hundo en el silencio, y la soledad hace estragos en una noche estrellada que no se atreve a dar luz a mi vida, y me deja caer en la angustia de pensar y sentir que —de a poco— te estás despidiendo.
Divina escritura
Estoy lo escribí cuando tenía 16, 17 años. Tiene sus añitos ya...
Voy muriendo de a poco y no encuentro felicidad,
necesito un te quiero,
necesito alguien que me pueda escuchar.
Sólo tú eres mi salvación y mi salida,
eres tú quien conoce mi triste vida.
Sólo tú me calmas y me entiendes,
y es contigo, por ti y para ti que estoy viva.
Mi vida la tienes tú dulce escritura,
eres quien revela mis andares,
eres la sombra de mi sombra,
eres la huella de mi huella;
tú me calmas por completo,
contigo me siento contenida.
Eres tú la única manera que tengo para vivir,
y creería que si mis sentimientos no estuvieran sellados en este papel,
mi existencia sería nula.
Tú cambias todo, tú me comprendes,
me haces olvidar los miedos,
y me recuerdas que sin ti yo me muero;
que mi vida se debe a ti,
que mis sueños y temores,
que mis tristezas y alegrías te las entrego.
Eres como el consuelo para mi alma triste y sufrida.
Eres mi esperanza para mi abandonado corazón.
Nunca te mueras escritura divina,
que si llegaras a desaparecer,
te aseguro que me habrás matado.
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