Cuando mi voz no encuentra cabida y mis palabras no tienen sonido, vuelco lo que mi garganta aprisiona, plasmando todo eso en lineas cargadas de pistas, ideas e historias muchas veces indescifrables. La razón, decir, pero no decirlo todo....sino jugar al misterio sin fin.
miércoles, 24 de octubre de 2012
Dueños del silencio
Sos parte de mi vida para siempre. Y yo de la tuya. Sus labios lo pronunciaron y mis ojos brillaron iluminando su cara seria. Toda duda se despejó repentinamente. La sensación de volar se apoderó de mi alma, pero el corazón no quiso que este momento quedara en el aire. Con los pies sobre la tierra se miraban tiernamente. Todo fue otra vez por un instante. Todo aquello que había quedado a medio camino, relució. Y aunque no sea eterno, su susurro calmó mi grito.
Estabas allí, justo en el lugar que te necesitaba. Frente a mi, con tus ojos vivos. Tu corazón y tu mente desataban la lucha más temida. Tus dudas tambalearon, poniendo en jaque tus deseos dormidos y vivarachos a la vez. Te desconcertaste y me desconcertaste. Nada es como antes, lo sabemos, nos lo decimos; lo sentimos. Pero está ahí, no deja de ser; está latente porque no quiere irse. Desprendernos de esto que nos une, nos acerca más que nos atemoriza. Y aunque la duda reine, el galope de nuestras verdades nos nos deja escapar. Ni queremos. Hay algo más fuerte que aún nos tiene prendidos. Solo resta esperar a descubrir esa magia que habita entre nosotros cuando nuestros cuerpos y almas se atreven a desnudarse. Si te animas yo me animo. Una decisión compartida, en la que el tiempo lo dirá todo.
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