sábado, 11 de junio de 2011

Despedida


Él se despidió tímidamente, parecía no querer verla partir. Pero muy dentro suyo sabía que ese día llegaría…y llegó. No hubo tiempo ni mucho preludio para la despedida, para ese adiós que quedó en el aire.
Fue viendo como de a poco se alejaba de su lado. Sus ojos tiernos, sus labios dibujando un te amo y sus finas manos bailando en un chau iban a ser lo último que vería hasta un nuevo encuentro.
Fue tan rápido que no dio tiempo más que para un solo beso, ese beso que quedó grabado en su corazón, intacto como aquel primero mucho tiempo atrás.
Ahora estarán lejos, recordarán los momentos, añorarán volverlos a sentir, a tenerlos, a vivirlos. Pero solo queda el recuerdo, un recuerdo que se extiende por horas, por días, por semanas… ¡Espero no sean por meses!
Todo está intacto como en aquella postal de noche, en la que uno partía y el otro se quedaba; ambos seguían caminos, pero distintos y difíciles de transitar separados.
La lejanía los encuentra hoy en una voz que viaja por el aire, en palabras que se plasman, en pensamientos que se funden y en toda esa mezcla de felicidad que por separado -pero por estar juntos- viven.
Mientras tanto el tiempo pasa y el camino está justo para ser transitado. Allá él, aquí ella. Cada uno busca ese momento ideal para reencontrarse, para sentirse nuevamente envueltos imaginariamente en esa interminable felicidad que guardan sus espíritus. Cada cual -y a su manera- espera en la lejanía, que el tiempo no sea tirano y que el mundo conspire para volver a verse otra vez.

Re-encuentro

Tengo en mis pupilas tu blanca sonrisa al reencontrarnos, y desde ese entonces sueño con verte una y otra vez. No fue un simple instante, no fue solo un momento, todo lo nuestro se selló una vez más al vernos. Nuestros ojos se cruzaron, se fundieron en cada mirada y en cada beso.
Las palabras parecían sobrar. El silencio solo se contemplaba en el abrazo y en el andar tomados de la mano y con ganas de no separarnos jamás.
Fue un mágico momento el tenerte a mi lado una vez más, el sentir tu amor tan profundo en mi ser y el querer estar eternamente unidos.
Esos momentos fueron únicos y llenos de placer. El volver a tenernos el uno para el otro, el sentirnos tan enamorados, tan apasionados nos hace volver una y otra vez a la magia del instante en que nos encontramos en el camino, en ese camino que hoy nos encuentra juntos, trazando cada paso que nos lleva a la felicidad.